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Bullit: Mitos, verdades y leyendas

Selección de datos y curiosidades sobre ésta película que nos gusta tanto a los amantes de los Mustangs

Hace dos años pudimos celebrar de manera bastante discreta la celebración del medio siglo transcurrido desde el estreno de la película Bullit, con un trío estelar compuesto por Steve McQueen, Robert Vaughn y Jacqueline Bisset, acompañados de secundarios de lujo de la talla de Robert Duvall, una fotografía espectacular a cargo de William A. Fraker y una banda sonora magistral (se recomienda su compra y disfrute) del maestro Lalo Schifrin, todo bajo la dirección de Peter Yates.

Curiosamente el día elegido para presentar la película en USA era un jueves, concretamente el 17 de octubre de 1968 (el 30 de abril de 1969 se estrenó en Madrid), sin ningún motivo especial, pero desde ese primer momento tuvo un éxito arrollador que no ha dejado indiferente a nadie por uno u otro motivo.

Cartel para España de Bullit

Con el paso del tiempo se convirtió en una de las cintas más influyentes de la historia del cine y en 2007 la Biblioteca del Congreso la seleccionó para su conservación en el Registro Nacional de Películas de los Estados Unidos como «histórica, cultural y estéticamente significativa». En el año 2000 obtuvo el premio a la Toma Histórica, centrada en la persecución.

En lo que prácticamente no hay discrepancia es en el hecho de que su montaje, mérito total de Frank P. Keller, sentó un precedente que mereció incluso un Oscar y que luego ha sido continuamente imitado al igual que muchos de los detalles de la famosísima persecución automovilística por las calles de San Francisco que muchos catalogan como “la mejor persecución automovilística que se ha rodado”. Hasta los que no están muy convencidos la sitúan siempre entre las cinco mejores de la cinematografía mundial.

Es muy poco conocido el hecho de que a Robert Vaughn cuando le ofrecieron el papel y le hicieron llegar el guion, no le gustó absolutamente nada ya que dijo que carecía de una trama que se pudiera seguir. Ante su negativa hasta el propio McQueen que tenía muy buen relación con él, le insistió varias veces para que aceptara, mientras Vaughn seguía negándose y tan sólo una generosísima oferta de la productora le “convenció” para aceptar ser el perfecto antagonista, haciendo una memorable interpretación de un político miserable y de doble rasero. Curiosamente este actor preguntado por su papel favorito, comentó que de todas las interpretaciones que había realizado en su vida artística, para él la mejor, era la de Bullit, detalle curioso como poco, cuando durante meses se negó a intervenir en ese film.

Además de otras notables peculiaridades, lo más curioso y realmente poco conocido es que la película basada en la novela Mute Witness (Testigo mudo) de Robert L. Pike, estaba pensada inicialmente para que Spencer Tracy fuera el protagonista en el papel de Clancy, un taciturno y gris policía de Nueva York. Al fallecer este actor e interesarse por el proyecto McQueen, los directivos de Warner Bross hicieron reescribir el guion que varió casi por completo, incluyendo la edad, el nombre del protagonista y su perfil. El film tomó el apellido del teniente Frank Bullit como título y el guion lo desarrollaron Alan Trustman y Harry Kleiner. Hay también otro detalle trascendental y es el hecho de que en el texto original, la persecución no existe en ningún momento y su incorporación como pieza fundamental del film que luego pasaría a la historia, fue idea del coproductor Philip D’Antoni.

También coincide que en esta película McQueen se estrena como productor con su propia compañía Solar Productions y que igualmente lo hace con Warner Bross y Seven Arts con quién firma un contrato por un total de seis películas. Su socio en la producción fue el citado Philip D’Antoni y el coste total ascendió finalmente a 5,5 millones de dólares.

Por cierto Bullit está rodada en su totalidad en locaciones (del inglés locations), pese a la enorme problemática que eso supone, siendo la primera película filmada completamente fuera de un estudio, como consecuencia de las exigencias de McQueen para lograr el mayor realismo posible en cada escena.

No hay escenarios y todo se rodó en lugares auténticos: El hospital lo es de verdad y tanto las enfermeras como los médicos que están haciendo la operación quirúrgica al testigo protegido, no son actores sino profesionales de la medicina. El despacho de arquitectura en el que trabaja Jacqueline Bisset, es auténtico y los figurantes que aparecen tras los protagonistas, son los propios empleados del mismo.

Otra curiosidad es la utilización por primera vez de las nuevas cámaras ligeras Arriflex lo que permitió moverse con mucha libertad durante la filmación, porque se podían situar en diferentes puntos por donde la persecución tenía lugar. De ahí por ejemplo, ese Escarabajo que aparece tantas veces: Misma escena, diferentes tomas simultáneas.

Cámara Arriflex a ras de suelo

No está clara la elección del Mustang como coche del protagonista. Corren muchas historias al respecto. Una de ellas dice que fue la productora quién eligió el modelo y puestos en contacto con la casa Ford, los abogados de ésta desaconsejaron su aparición por una cuestión de imagen y que McQueen muy molesto por la respuesta ordenó quitar absolutamente cualquier referencia al modelo e incluso hizo quitar el brillo de la pintura para envejecer el coche.

Otra versión dice que Ford Motor Company tenía un acuerdo con Warner Bross y facilitó dos Mustang GT 390 fastback, modelo 1968 con motor V-8 de 325 HP y caja manual de 4 velocidades. Las dos unidades tenían números de bastidor correlativos (8R02S12558 y 8R02S12559). Se usó el primero para todas las escenas de la persecución y el otro para el resto de escenas. Los motores fueron potenciados fundamentalmente en su carburación, se mejoraron los frenos, se instalaron refuerzos en las torretas de las suspensiones delanteras y en los soportes del eje trasero, también amortiguadores Koni, una barra estabilizadora delantera más gruesa, una sencilla barra antivuelco y unos refuerzos con cuadradillos metálicos en los bajos de la carrocería en el lado del conductor que servirían como soporte para la estructura que llevaría las cámaras exteriores para el rodaje en marcha de primeros planos y que mirando las imágenes se pueden apreciar claramente en distintos momentos. También se instaló en el maletero de los coches un generador para alimentar a las cámaras que iban montadas en ellos. Todas las modificaciones se hicieron en el taller del veterano piloto Max Balchowsky.

Se dice que Ford también prestó dos Galaxie para las escenas de persecución, pero los productores consideraron estos modelos demasiado pesados para los saltos sobre las colinas de San Francisco y fueron reemplazados por dos vehículos Dodge Charger R/T con motor V-8 Magnum 440, de 375 HP. Realmente de este modelo específico solo era uno de los ejemplares ya que el otro tenía menos motor aunque exteriormente se adecuó para parecer un R/T. En estos coches no se tocaron los motores y se hicieron básicamente refuerzos en las suspensiones además del ya citado generador en el maletero.

Además del Escarabajo que aparece hasta seis veces (en la persecución en las calles empinadas de San Francisco y del Porsche 356 de Jacqueline Bisset, hay otro vehículo que forma parte de la película aunque no aparece en pantalla. Se trata de un Corvette totalmente irreconocible usado como coche-cámara, desprovisto de carrocería y sólo con los pasos de rueda, al que cariñosamente apodaron durante la filmación como “Bullitmobile”.

Otro detalle prácticamente desconocido: coincidió que el entonces alcalde de San Francisco, Joe Alioto, tenía mucho interés en promocionar la ciudad que estaba siendo ignorada por el mundo del cine y puesto en contacto con D’Antoni, el coproductor de la película, convenció a éste de rodarla allí, porque inicialmente en el guion original escrito para McQueen, la película se desarrollaba en Los Ángeles. Le dio todo tipo de facilidades y así pudo rodarse en un ala entera de un hospital, se pudo filmar sin problemas durante la noche en el aeropuerto internacional de San Francisco y se cerraron varias calles durante tres semanas, con apoyo de la policía local, para poder rodar las escenas de la persecución de coches.

Hasta entonces se rodaban las persecuciones a baja velocidad o bien en lugares muy controlados y se aumentaba la velocidad en el montaje y posterior producción, pero la productora pidió permiso para rodar a velocidades “reales” diciendo, eso si, que los coches no excederían las 35 mph (56 km/h), pero sin embargo Peter Yates, el director, dijo que necesitaba velocidades en torno a 80 mph (128 km/) y se sabe que tanto los coches protagonistas como el utilizado para filmar en marcha (Corvette modificado), llegaron a rodar a velocidades de más de 110 mph (180 km/h).

Las tomas desde el punto de vista del conductor y desde el interior (con la mítica imagen de McQueen en el espejo retrovisor), se usaron para hacer partícipes a los espectadores haciéndoles rodar dentro del coche durante la persecución, recurso no usado hasta entonces. El rodaje se alargó hasta tres semanas, dando como resultado 9 minutos y 42 segundos de persecución. Una leyenda urbana dice que no podían pasar de 10 minutos de persecución en el montaje final (¿), pero eso es algo no contrastado a día de hoy.

No se permitió filmar la persecución a través del puente Golden Gate, como era la intención inicial, pero se permitió hacerlo en la ubicaciones de Midtown, incluidas Bernal Heights y Mission District y en las afueras de Brisbane, donde muchos de los residentes de esas zonas no tenían ni la menor idea de lo que estaba ocurriendo, por lo que muchos de los que estaban a lo largo de la ruta de la película, llamaron asustados al Departamento de Policía de San Francisco y al Ayuntamiento, especialmente durante el rodaje de las ya legendarias secuencias en las que los coches saltan mientras van bajando por las calles.

Bill Hickman, el actor, piloto y especialista que da vida al conductor del Charger, durante una entrevista concedida en 1978, confesó que el Charger R/T era más rápido que el Mustang y que en muchas escenas tuvo que levantar el pie del acelerador para que pareciera lo contrario. Además de tener menor potencia específica (50 CV menos), los motores de los Mustang modelo 1968 salían de fábrica con un primitivo sistema de control de gases de escape, lo que además inevitablemente restaba potencia.

Steve McQueen era un buen piloto y quedó demostrado a lo largo de su vida, pero no hizo todas las escenas de la persecución, como el director Peter Yates quiso hacer creer a todo el mundo, forzando incluso a que en ciertas escenas McQuenn sacase la cabeza para que se apreciara que él era el conductor. Algunas de ellas fueron realizadas por los especialistas Loren Janes y Bud Ekins, quienes en sus trayectorias como dobles del cine participaron en innumerables escenas en la segunda mitad del pasado siglo.

McQueen en principio tenía pensado realizar toda la persecución, pero no pudo ser tras el escándalo que armó su entonces esposa, Neile Adams que acabó rogando al director Peter Yates que utilizara dobles después de que Steve perdiera el control de su automóvil durante la prueba de una escena y se estrellara contra un vehículo estacionado, así que cuando McQueen se presentó a la mañana siguiente encontró al especialista Bud Ekins sentado en su coche y vestido como él, lo cual llenó de furia al actor, pero no tuvo más remedio que finalmente aceptar la situación.

Otra curiosidad es que la famosa toma en la que McQueen se abre demasiado en una curva a derechas tras una bajada y tiene que frenar y echar marcha atrás (el eje trasero rebota porque el coche no disponía de barras de tracción) y luego sale derrapando envuelto en el humo de los neumáticos quemados, resulta que no estaba en el guion, sino que fue un error de conducción del actor, pero se siguió filmando y la toma era tan real y tan convincente que en el montaje final se incorporó, pasando a la historia como una de las escenas más memorables de este film.

Hay otro detalle para fijarse en diferentes escenas de la película: cuando el espejo retrovisor exterior está bien colocado y mirando hacia la puerta, es McQueen el que conduce, mientras que cuando el espejo está hacia abajo, para evitar reflejos o vistas imprevistas, es porque o bien Bud Ekins o Loren Janes son los que están al volante. También si se observan imágenes anteriores a la persecución con atención, podremos darnos cuenta de que a veces el coche tiene espejo retrovisor exterior en la puerta del conductor y a veces no. Fue un pequeño gazapo del preparador de los coches del que nadie se dio cuenta, hasta que se estaba realizando el montaje.

Las consecuencias del rodaje fueron muy duras para los coches, pero especialmente para los dos de la persecución que acabaron “oficialmente” en el desguace. A pesar de los refuerzos en suspensiones y bastidores, éstos últimos con los saltos llegaron a doblarse cuestionando incluso el trabajo del árbol de transmisión de los dos vehículos. Así como en la Warner no se conservaban registros de los Charger, si se tenían los de los Mustang. El de número de bastidor 8R02S12559, fue vendido a un empleado de Warner Bross en septiembre del año del estreno.

El del número de bastidor 8R02S12558 fue el del Mustang utilizado en la persecución, aparentemente resultó irrecuperable y se había dado por desaparecido todos estos años. Es el que apareció el año 2019 en México, descubierto casi por casualidad, cuando en un taller estaban a punto de convertirlo en otra copia más del Eleanor de la segunda película “60 segundos” y alguien se dio cuenta del número de bastidor, empezó a hacer averiguaciones y apreció que todas aquellas modificaciones, hasta las no publicadas y sólo conocidas por un reducidísimo grupo de personas que participó en el rodaje e incluso los golpes y rozaduras de la carrocería, coincidían con las del coche de a persecución de Bullit, lo que despertó gran interés a nivel mundial y todo se resolvió cuando finalmente se desplazó hasta México, Kevin Marti (Marti Auto Works), el gran experto estadounidense en historia de Mustangs, que verificó y autentificó el coche como el original Mustang GT 390 con bastidor 8R02S12558 usado en las escenas de la persecución, anunciando en directo por la televisión americana la noticia de la aparición del coche auténtico de la película, hecho que dio la vuelta al mundo.

Lo siguiente en la azarosa y extraña vida de este vehículo, fue su subasta el día 10 de enero de 2020 por Mecum Auctions donde se convirtió en el Mustang más caro de la historia y en el muscle car de mayor cotización en una subasta, al alcanzar la increíble cifra de 3,74 millones de dólares, unos 3,36 millones de euros.

El otro Mustang, de bastidor 8R02S12559 ha tenido una vida más plácida, si se puede decir así. Después de comprarlo el empleado de la Warner Robert Ross y tenerlo un tiempo, en 1970 lo vendió a Frank Marranca, un policía de New Jersey que a su vez en octubre de 1974 puso un anuncio de venta en la revista Road & Track y el coche fue comprado por Robert Kiernan, siendo propiedad de esa familia hasta la fecha, a pesar de los intentos del propio McQueen por comprar el coche para mantenerlo de origen y de otra mucha gente incluida la propia Ford, ya que Sean Kiernan, hijo del último comprador , lo mantiene sin restaurar y según manifiesta sólo lo vendería….si estuviera loco.

Dicho esto, todo lo demás, ya es historia.

Josele

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Otras curiosidades:

Carta de McQueen al propietario del coche “sano” (Robert Kiernan) haciéndole una oferta de compra (14 diciembre 1977)
Certificado de Warner Bross (1970) de la autenticidad del Mustang 8R02S12519