El pasado jueves 10 de mayo moría en un hospital de Dallas, Carroll Shelby. Tenía 89 años y desde hacía 22 años vivía con un corazón implantado, al que se unió hace 16 años, un riñón que le donó su hijo Michael.
El tiempo es inexorable y poco a poco se va llevando a las leyendas del automóvil. Ahora le ha tocado el turno a Carroll Shelby, de quién en España diríamos que fue “un fuera de serie”.
No hay textos suficientes para describir todo lo que fue capaz de hacer y todo lo que ha aportado a la historia del automóvil, bien como piloto ganando las 24 horas de Le Mans de 1959 con Ray Salvadori como compañero, como preparador de los GT 40 de Ford, de los Mustang Shelby, como fabricante del mítico AC Cobra o como asesor de fábricas de automóviles.
Hizo de todo en esta vida, un auténtico “mil oficios”, pero descubrió la velocidad pilotando aviones de pruebas del ejército estadounidense y ya no paró. Siempre se ha comentado, entre otras muchísimas anécdotas, como se presentó a una de sus primeras carreras, vestido de granjero, con su peto, porque llegaba tarde y no le había dado tiempo a cambiarse la ropa…..y corrió de esa guisa aquella carrera.
Nos queda junto al recuerdo entrañable de un hombre con un mal genio “de leyenda” y con mucho carácter, el de un emprendedor, el de alguien que se reinventó a sí mismo a lo largo de su vida y del nos queda ahora en tierras estadounidenses, la Carroll Shelby International, la empresa que sin duda continuará su legado.
Quienes hemos tenido, desde hace años, la suerte de tener un autógrafo suyo que nos acompaña siempre en la guantera de nuestro Mustang, ahora con más razón, vamos a sentir más emoción cada vez que volvamos a verlo.
Descanse en paz. Gracias por todo lo que hiciste por el mundo del automóvil.
Julio Santamaría López-Linares
Vicepresidente del Mustang Club de España
