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KEN MILES. Sombra y leyenda al final de su vida

En la azarosa vida del malogrado piloto inglés afincado en USA, Ken Miles, un veterano brillante de la Segunda Guerra Mundial con acento brummie (de Birmingham), que era increíble en la pista y con la mecánica, aunque no fuese precisamente un “relaciones públicas”, siempre ha habido una sombra, justo al final de su vida, concretamente en lo referido a su accidente mortal mientras probaba un Ford J “el coche maldito” en el circuito de Riverside (Riverside Raceway) el 17 de agosto de 1966.

Llegando al final de la larga recta a más de 320 kilómetros por hora, el coche despegó del suelo, convirtiéndose en una bola de fuego y acabando con la vida de Miles. Tras ello, el diseño de carrocería con cola truncada sin spoiler trasero, se descartó totalmente y se comenzó a trabajar en las nuevas formas de carrocería de lo que se acabaría conociendo como el Ford GT40 MK IV.

Última foto del coche antes del fatal accidente

La información de lo ocurrido en el accidente fue escasísima y hasta testigos presenciales se llegaron a contradecir en sus versiones, afirmando unos su fallecimiento instantáneo y otros diciendo que salió muy gravemente herido y que se lo llevó una ambulancia. Sobre esta última teoría son bastantes las personas que creen en teorías conspiratorias que dicen que el legendario piloto de autos de carrera sobrevivió al accidente.

Por increíble que pueda parecer durante los años siguientes no hubo ningún tipo de comunicación ni por parte de Ford ni de la familia del piloto sobre su misteriosa muerte.

En el obituario de un ejemplar de la revista Road & Track de 1966, dedicado a Miles tras su muerte, figuraba este texto……”Puede que ahora no importe, excepto para nuestra propia satisfacción, pero nadie que conociera la conducción de Ken, puede creer que el accidente fue resultado de un error por su parte».

Tal y como aparece en la película Ford vs. Ferrari a través de la cual, mucha gente ha descubierto a Ken Miles ¡lástima que la memoria sea tan frágil y se le vaya a olvidar enseguida!, Peter el hijo de Miles, estaba presente en Riverside el día del accidente. Su padre estaba trabajando junto a Carroll Shelby que también estaba allí, en la puesta a punto y desarrollo del J-Car, conocido internamente como MK IV, el coche de un proyecto sin límite presupuestario cuyo único objetivo era ser el primer ganador, completamente americano de las 24 horas de Le Mans.

Acabado su desarrollo a principios de 1966, Ford buscaba un coche que cumpliera la normativa del nuevo apéndice J de la FIA, fabricando también un coche completamente suyo, al margen de Roy Lunn y John Wyer, creadores del GT40 original y también del MK II que estaba ya al límite de su vida por su ineficiencia aerodinámica y su alto peso.

Ken Miles & Bruce McLaren

El Ford J incorporaba grandes avances con respecto al MK II. Carroll Shelby, Ken Miles, Bruce McLaren y Chris Amon entre otros, fueron los artífices del proyecto, manteniendo el motor 427 bajo el capó e incluyendo avances aeronáuticos como la estructura de panal de abeja de aluminio para el chasis. Con todos las mejoras se redujo el peso del coche en más de 130 kilos y ese modelo hizo el mejor tiempo con Bruce McLaren en entrenamientos de Le Mans 66, pero no convencía a los pilotos y se mostraba inestable y nervioso a alta velocidad y se descartó su participación.

En el año 2003 en la edición estadounidense de Car and Driver apareció una curiosa y extraña historia que transcribimos literalmente:

LA OTRA HISTORIA

Me llegó a través de un jubilado de San José, California, un agente de policía llamado Fred Jones. Después de una extensa investigación, Jones ha compilado un fascinante dossier que sugiere que el piloto estrella Ken Miles pudo haber sobrevivido al accidente fatal ocurrido en Riverside el 17 de agosto de 1966 y fue encontrado viviendo en un autobús escolar abandonado en la Wisconsin rural. Miles fue un inglés que llegó a California en 1952 y ganó fama primero como constructor y piloto de coches deportivos, luego como el principal conductor de desarrollo de Carroll Shelby.

Murió, según todos los informes, cuando su prototipo de Ford J-car se estrelló durante unas pruebas privadas. Aunque el mundo de las carreras lloraba la muerte del hombre irónico, ingenioso y a menudo “demasiado franco”, conocido como «el Halcón», fue casi olvidado hasta finales de los años 80 cuando Jones fue avisado por un entusiasta y haciendo la investigación de Miles y el J-Car, descubrió que había dos certificados de defunción en el archivo del Condado de Riverside.

La investigación posterior de Jones encontró unos pocos testigos oculares que creían que Miles todavía respiraba cuando fue cargado en la ambulancia, aunque tenía heridas importantes en la cabeza. Otros insistieron en que estaba muerto, incluso decapitado. A finales de los años 80, Jones se retiró del trabajo policial. Vivía en Pebble Beach, donde había acumulado una gran colección de coches de carreras Cobra y Ford.

Viajó al este varias veces y visitó al hombre conocido como Ken Miles en la pequeña Escandinavia, Wisconsin. Lo encontró viviendo en la pobreza, cojeando por heridas y con muletas, subsistiendo reparando cortadoras de césped. «Él era tranquilo, petulante, apenas un show-off», recuerda Jones. «Sus vecinos hablaban de él como el ‘ex piloto de carreras”. No parecía tener acento inglés, excepto por algunas frases y su memoria era irregular. Sin embargo, parecía saber mucho sobre Cobras y Shelby American. Lo que me sorprendió fueron sus habilidades de conducción. Tenía un viejo Ford Torino abollado y lo conducía con extraña habilidad.»

El «otro» Ken Miles

Basándome en las fotos de Miles que pude encontrar, los lóbulos de las orejas no coincidían. Esa es una manera bastante definitiva de identificar a la gente y difícil de alterar, dice Jones. La pregunta principal era ¿por qué Ken Miles, exitoso piloto de carreras, terminaría en los remansos de Wisconsin, incluso si hubiera logrado sobrevivir al terrible accidente en Riverside?

«Afirmó que Ford le había dado un par de millones de dólares para desaparecer», recuerda Jones. «Dijo que no querían que un superviviente gravemente herido de un accidente de uno de sus coches, estuviera en público. Después de mudarse a Hawai, me dijo que su esposa Mollie y su hijo Peter, se habían distanciado y se habían largado con su dinero. Jones intentó obtener algunas respuestas sobre de los gustos de Carroll Shelby, quien, cuando se le preguntó sobre Miles en el Monterey Historics, supuestamente dejó caer un plato de comida en estado de shock y se negó a hablar sobre el tema. Phil Remington, asistente de campo de Shelby durante las “guerras de Cobra”, afirmó vehementemente que Miles había sido asesinado, al igual que sostenía el conductor de Shelby, Bob Bondurant.

A pesar de esta extraña y curiosa historia, la conclusión que en cualquier caso parece definitiva de la muerte de Ken Miles, aunque sea insatisfactoria, es el hecho de que alguien fuera culpado por la muerte de Miles, no era algo a lo que nadie quisiera enfrentarse, aunque todos sabían instintivamente que el error del conductor estaba fuera de discusión. El rumor que parece con más fundamento, es que el chasis experimental que llevaba el coche, se partió y como consecuencia, se ocasionó el accidente.

Tras el accidente, la división aeroespacial de Ford, Aeronutronic, envió un equipo para estudiar los restos. Cada uno de ellos fue examinado como si fuera una investigación de un accidente de vuelo. Pero el automóvil estaba tan severamente destruido por el impacto y el fuego posterior que no se pudo probar nada y Ford Motor Company tenía que mantener su imagen. Las pruebas no fueron concluyentes y hasta el día de hoy, ha sido imposible determinar la causa del accidente que mató a Ken Miles.

Si la muerte de Ken Miles al final de la película Ford vs. Ferrari, aparece brusca y forzada, es porque realmente lo fue. Probablemente nunca se sabrá la verdadera razón detrás de su fatídico accidente. Pero, al menos, por las dos horas y media de la película de James Mangold, ya será recordado.

Prefiero morir en un auto de carreras que ser devorado por el cáncer«, esta afirmación se adjudica a Ken Miles en la película.

Josele

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